lunes, 21 de abril de 2014

Primero yo

Hace algunos días conversando con amigos parafraseé en algunas ocasiones la frase "Es mejor la soledad en las grandes alturas, que la mucha compañía en los lugares bajos" (cortesía de Twitter) aclarando que no pensaba que estar solo fuese per se buena idea, sino que la cantidad no hace la calidad. Siguiendo con la idea de "las grandes alturas", superación, motivación y al final las acciones que emprendemos todos los días las cuales son resultado de una motivación o idea de "mejorar" algún aspecto de nuestra vida, encontrar nuestro lugar en el mundo, etc... quiero pensar que todas las personas tienen objetivos o deseos en la vida los cuales para llegar a ellos requieren en muchos casos de sacrificios o decisiones difíciles, sin embargo también requieren de ayuda de otros.

Independientemente del contexto que tratemos: ambiente laboral, estudiantil, proyectos personales, situaciones cotidianas o lo que sea, es común que nos topemos con momentos en que nos vendría bien un poco de ayuda, sin embargo pareciera a veces que hay gente que no se siente digna de recibir ayuda por parte de otros. Se que suena muy raro pero así es, es como si lo "correcto" fuese que estuviéramos hechos para cortarnos solos o si no "no vale", como si el hecho de que las cosas fuesen difíciles tuvieran más mérito o valor. Yo creo que si hablamos de algún tipo de "aprendizaje" o "entrenamiento" que requiere arremangarse la camisa es más que válido, digamos un entrenamiento físico y la formación de una disciplina o carácter, la tarea de la escuela (esa la debe hacer uno solito, no los papás!!), pero si hablamos de aceptar un aventón, un favor, una ayuda para conseguir algo o tomarle la palabra a alguien que alguna vez nos dijo "lo que necesites, por favor llámame" entonces adelante!!! seríamos unos tontos al no aceptar semejante ayuda caída del cielo solo por orgullo o pena, solo por el sentimiento de "no quiero molestar" o "mejor lo hago solo".


Esto suena incongruente pero realmente pasa: gente que rechaza ayuda por no sentirse digna. Y lo se porque en algún tiempo pensaba igual pero me di cuenta que era muy tonto de mi parte, si te ofrecen ayuda acéptala, si necesitas ayuda pídela, si te piden ayuda bríndala!


Supongamos que Pepito es inteligente, ambicioso y trabajador y tiene ganas de ser alguien en la vida y ayudar a mucha gente a salir adelante, pero Pepito hoy no es nadie y además está jodido. Bueno, Pepito tiene un largo camino por recorrer, mucho trabajo y aprendizaje por realizar y por suerte alguien que lo conoce le ha ofrecido en varias ocasiones su apoyo "para lo que necesite", sin embargo Pepito golpe tras golpe desiste de sus objetivos y los baja cada vez más... años después Pepito es escéptico ante el triunfo de los demás y le llama corrupción, palancas, suerte, etc... En un universo paralelo Pepito aceptaba las oportunidades que se le iban presentando: preguntaba algo que no sabía, pedía ayuda cuando sabía que no podría hacer algo, aceptaba ayuda cuando sabía incluso que con un poco de esfuerzo podría haber logrado lo que se proponía y ahora Pepito está en una posición en la que tiene mucha gente a la que puede agradecer y efectivamente lo hace, se ha convertido en alguien importante con muchos amigos y que además puede ayudar a muchísima gente, es alguien feliz y respetable.


Cuál es la diferencia? la actitud ante la vida, la humildad de aceptar que no somos todopoderosos, que se vale caer y levantarse muchas veces, saber que para subir hay que apoyarnos de muchas manos, no de pisar personas. No es egoísmo, es inteligencia, es saber decir: hoy por mi, mañana por ti y así algún día estaremos juntos en las grandes alturas.


La próxima vez que necesites ayuda pídela, y si te la ofrecen pues tómala. No es egoísmo, no está mal, si recibes ayuda es porque alguien te tiene estima y es lo correcto honrar esa estimación.


Foto: www.savemyhomeinmaine.com (nada que ver con el blog)